Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://deweyeefz889172.suomiblog.com/así-se-vivió-en-el-estadio-el-cabezazo-de-zidane-54207441